¡Qué orgullo, ser egresada Lasallista!
¡Qué alegría experimento al poder compartir con ustedes mi experiencia como egresada lasallista. Pertenezco a la promoción de 1981 y fui graduada en esa prestigiosa Universidad en Agosto de 1982 como Licenciada en Ciencias Religiosas. Me parece que fue ayer cuando caminaba junto con mis compañeros y compañeras por el viejo pero hermoso edificio de corte colonial de la Sede de Chapinero. En él compartíamos las aulas con los estudiantes del Colegio de la Salle de Chapinero que poco a poco los iban trasladando al Colegio de la Floresta.
Desde el primer día de clase, me identifiqué con su filosofía ya que tiene mucho que ver con el carisma de la Compañía de las Hijas de la Caridad, es decir el servicio al pobre de manera integral. El testimonio de vida de entrega, de servicio y los gestos de cariño de los Hermanos Oto Pántano y Oliverio Rodríguez con los estudiantes eran una demostración leíble del sentido de pertenencia con el espíritu de su fundador y una muestra fehaciente de su entrega no sólo como educadores sino como verdaderos evangelizadores en el ámbito universitario.
Las huellas dejadas en mi vida de Hija de la Caridad son imborrables y con orgullo puedo decir que buena parte de lo que soy como educadora de la fe se la debo en gran parte a la Universidad. Cada uno de los miembros que en ese tiempo la conformaban (Hermanos Lasallistas, educadores, personal administrativo y estudiantes) dejaron en mi vida una huella muy profunda por su calidad como personas, su ardor evangelizador y su compromiso social que me enseñaron la forma y el estilo del verdadero discípulo de Cristo.
Quiero también resaltar un aspecto muy importante para mí. En lo que se refiere a mi crecimiento como persona, experimenté por parte de los Hermanos y docentes un compromiso total con el progreso de la comunidad universitaria, fieles a la calidad y a los principios lasallistas: fe, fraternidad y servicio, presentes siempre en cada actividad pedagógica y en el contacto permanente con el estudiantado.
Felicito a las Directivas de la Universidad Social Católica de la Salle por los progresos realizados tanto en la estructura de la edificación como en lo que se refiere a equipos tecnológicos, actualización pedagógica y respuesta a las exigencias de la Iglesia y del mundo actual. Esto habla muy bien del esfuerzo permanente de todos sus componentes por hacer de esta querida Institución, un espacio de calidad formativa del estudiantado.
Es un orgullo como ex alumna haber sido parte de esta querida Universidad que se mantiene atenta a una sociedad en estado de cambio y actualización con visión de futuro y pronta a dar muestra de su vocación de servicio especialmente con los más necesitados.
Sor Mildred Espeleta Fajardo
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